Friday 26 February 2016

B-616







Yo era un solitario zorro de los prados
Ermitaño y salvaje, sin credo ni rumbo
Hasta que tú viniste a sentarte a mi lado
Y juntos descubrimos el lenguaje del silencio.

Yo era un piloto encallado en el desierto
Sin esperanzas, en medio de la nada
Y tú caíste del cielo un día
Y eras como salida de un sueño.

Yo era entonces tan sólo un niño
El príncipe de mi pequeño mundo
Apenas una pálida estrella
En algún lugar del firmamento.

Y un día apareció en mi pequeño mundo
Una belleza que no supe comprender
Una pequeña flor, única entre todas
Que al mismo tiempo me fascinaba y confundía.

Tanta belleza me desconcertaba
Y yo no sabía qué hacer ni qué decir
Pues yo era entonces apenas un niño
Que nada sabía de flores ni de amor.

Para mí sólo existían los perpetuos crepúsculos
Y molestos volcancillos, y temibles baobabs.
Era yo el príncipe de mi pequeño mundo
Perdido en la infinitud del cosmos.

Mas tú te hiciste dueña de mi corazón
Con tu talante altivo y delicado
Con tu malicia ingenua y misteriosa
Que me cautivaba igual que me asustaba.

Tú me amabas, oh, mi bella rosa
Mas aún yo no lo comprendía.
Hasta que una tarde amarga y taciturna
Abandoné tu lado y me fui de nuestro mundo.

Y visité planetas grandes y pequeños,
Y conocí reyes, borrachos, y geógrafos;
Faroleros y serpientes, zorros y pilotos;
Y todos ellos me enseñaron del amor y la amistad.

Y de repente comprendí que tú me amabas
Y a pesar de tus agudas espinas
Ya nunca jamás volví a tener miedo
De abrir para ti mi herido corazón.

Pues me di cuenta de que también yo te amaba
Y no podía ya vivir lejos de ti
Y entonces anhelé regresar a mi planeta
Para poder estar contigo una vez más.

Y tuve que morir para lograrlo
Mi alma una vez más cruzando el éter.
Pero el universo es increíblemente vasto
Y aún me queda mucho por recorrer.

Mi único anhelo es ser tu rey
Por siempre tuyo y de nadie más
Y coronado por tu virginal sonrisa
Merecer sentarme en el trono de tu amor.

Dibujar para ti una constelación
Un cordero de estrellas, invisible a todos
Que velara, en las noches solitarias
El plácido sueño de la más bella flor.

Ser ese pozo olvidado en el desierto
Aquel que nadie nunca conoció
Y que tú durante tanto tiempo buscaste
Para poder en él saciar tu larga sed.

O aquella serpiente de mortífero veneno
Que pueda sumirte en un gélido letargo
En un instante mudo, sin dolor y sin ruido
Durante una noche fría y sin estrellas.

Para, cual bandada de pájaros silvestres,
Sacarte volando de este mundo yermo
Y tomados de la mano atravesar el cosmos
En busca de un hogar para los dos.

Y cuando por fin lo hallemos, al fin del infinito,
Yo seré tu príncipe, tu rey, tu consorte
Yo seré tu zorro, tu pozo, tu serpiente
Y me desviviré por ti, bella rosa mía.

Nos sentaremos al filo del horizonte
Y en medio de un amor sin confines
Yo empujaré por siempre nuestra silla
Para juntos contemplar un eterno atardecer.



a @seophoria